Los médicos que sostienen vínculos financieros
con la industria farmacéutica han influido sustancialmente las guías de
tratamiento americanas recomendando la prescripción de los productos más
lucrativos, según un análisis reciente del Milwaukee
Journal Sentinel y MedPage Today.
El análisis incluyó 20 guías de práctica clínica para condiciones
que son tratadas con alguno de los 25 medicamentos más vendidos de los Estados
Unidos, de los cuales algunos fueron: Lipitor® (atorvastatina)
para el colesterol alto, Nexium® (esomeprazol) para los trastornos
del ácido gástrico, Cymbalta® (duloxetina) para la depresión y OxyContin® (oxicodona) para el dolor. 293
médicos en total fueron incluidos en el análisis.
Los hallazgos más importantes del análisis
fueron los siguientes:
- Nueve guías de tratamiento fueron escritas por paneles constituidos por al menos 80% de miembros con vínculos financieros con los fabricantes de los fármacos que recomiendan.
- 4 paneles no requirieron que los miembros revelaran los conflictos de interés. De los 16 que lo hicieron, el 66% de sus miembros tenían vínculos financieros con la industria.
- Algunas guías escritas por paneles con conflictos de interés recomendaron medicamentos cuya eficacia y seguridad no habían sido probadas científicamente, promoviendo su sobre-prescripción o su prescripción inadecuada.
Estos hallazgos se suman a la evidencia
sustancial existente sobre la influencia negativa de la industria farmacéutica
en la práctica de la medicina. El CIMUN realizó una revisión al respecto que se
puede consultar aquí.
El tema provoca una gran polémica, ya que
algunos afirman que los médicos que elaboran las guías se seleccionan por su experticia
y no por sus vínculos con la industria, que resultan ser solamente una
consecuencia de la misma. Sin embargo,
los detractores sostienen que en la gran mayoría de los casos existen expertos
sin conflictos de interés para consultar.
Las recomendaciones inadecuadas han impactado
negativamente la salud pública. Por
ejemplo, se ha recomendado la prescripción de analgésicos opioides altamente adictivos
para el tratamiento a largo plazo del dolor crónico, indicación en la que el
balance riesgo/beneficio de estos fármacos no ha sido probado. La oxicodona, un
opioide, fue uno de los 20 medicamentos
más vendidos en 2011. En 2009 la American
Academy of Pain Medicine emitió unas guías en las que recomendaban este tipo
de fármacos. La mayoría (14/21) de los
integrantes del panel que escribió las guías tenían vínculos financiaros con la
industria. La American Geriatrics Society también emitió en el mismo año
recomendaciones similares. La mitad de los miembros del panel tenían vínculos
con compañías que comercializaban opioides.
Actualmente, el uso inadecuado, el abuso y las sobredosis fatales de
opioides constituyen una epidemia declarada por las autoridades sanitarias de
EE.UU.
Otros ejemplos similares citados en la
investigación son el Advair® (fluticasona/salmeterol), Epogen® (epoetina alfa),
Avandia® (rosiglitazona) y Actos® (pioglitazona). El CIMUN realizó
una revisión
además del caso similar de Xigris® (proteína c reactiva), que fue
retirado del mercado por ineficacia.
Más detalles sobre la investigación se pueden
encontrar en este
link.
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